08 julio, 2009
UN LLAMADO
12:40
Predicaciones
Querida Iglesia:
Hace unas semanas el Señor comenzó a poner algunas de esas inquietudes que solo Él puede poner, y deseo compartirla con cada uno de vosotros:
En el Libro de Jeremías (RV) leemos: (50:14) Poneos en orden contra Babilonia alrededor, todos los que entesáis arco; tirad contra ella, no escatiméis las saetas, porque pecó contra Jehová.
(50:15) Gritad contra ella en derredor; se rindió; han caído sus cimientos, derribados son sus muros, porque es venganza de Jehová. Tomad venganza de ella; haced con ella como ella hizo.
En la NVI la misma escritura dice:
(50:14) "¡Tomen posiciones alrededor de Babilonia, todos los que tensan el arco! ¡Dispárenle, no escatimen flechas, porque ha pecado contra el Señor!
(50:15) Griten en torno de ella: ¡Babilonia se rinde! ¡Cayeron sus torres, se derrumbaron sus muros! ¡Ésta es la venganza del Señor! ¡Vénguense de ella! ¡Páguenle con la misma moneda!
Sabemos que la palabra de Dios no tiene fronteras y donde te encuentres sabrás que Babilonia no es una ciudad, ni un lugar físico, ni un pueblo o una nación, sino un “sistema” que hoy gobierna sobre éste mundo en las esferas espirituales y repercute a las naturales.
¿Dónde estamos como iglesia?, ¿Cuál es nuestro lugar?, ¿cuál es nuestra posición hacia lo que nos rodea? Los pastores estamos inmersos, el pueblo está inmerso en éste sistema, y hay una parte de la iglesia abocada mas hacia el éxito mediático que a una confrontación abierta contra el mismo sistema espiritual de pecado, contra un sistema demoníaco de materialismo. Veo la preocupación por discusiones internas “apostólicas”, ”proféticas”, por el desafío de los “mega templo” (y no estoy en contra del crecimiento en todas sus formas), pero tenemos en medio nuestro “La Babilonia” manifestada en todo tipo de inmoralidad, lujuria, adulterio, violencia, liviandad espiritual, etc.
En el libro de Daniel 5:1-31 Belsasar es juzgado por Dios y ejecutado en solo horas a causa de haber llevado a su fiesta privada los vasos de oro que habían sido consagrados para el templo en Jerusalén, y que su padre el gran Nabuconodosor se había apropiado.
¿Acaso no somos nosotros vasos de oro consagrados? ¿Será que voluntariamente nos entregamos a fiestas privadas de inmoralidad, lujuria, adulterio, violencia, liviandad espiritual, y terminamos adorando a otros dioses? ¿No será que a través de Internet delicadamente se están metiendo “diosas y dioses” contaminando nuestras vidas, nuestros hogares, destruyendo nuestras relaciones matrimoniales, nuestros hijos y esto es llevado en escala a nuestra Iglesia?
Hace unos meses fui invitado a una seguidilla de campamentos de jóvenes y adolescentes en diferentes lugares de la provincia en donde vivo, ninguna de esas iglesias tenían conexión una con otra, pero el Espíritu Santo comenzó a poner en mi corazón que me confrontaría a algo que nunca antes había vivido. La inquietud dentro mío no se hizo esperar, fue una de esas mañanas en medio de la tercer reunión del primer campamento, que esa voz inigualable me dio la orden: “Haz una pregunta porque Yo deseo sanar los corazones en éste día”, y la pregunta que debía hacer era “¿Cuántos fueron alguna vez abusados?”. Mi corazón quedó paralizado ante lo que vi…, el 40% de esos jóvenes y adolescentes levantaron sus manos. Pero eso no terminó allí, ya que luego vino otro campamento, en otro lugar, de otra iglesia y con otros jóvenes, y otra vez la misma orden y otra vez un montón de manos levantadas.
Es alarmante que tanta inmoralidad, ha destruido y sigue destruyendo, aún en este mismo instante a tantos niños y jóvenes. ¿Cómo vamos a tener un pueblo sano con semejante lastre que se arrastra?
Quizás tu que estas leyendo esto, que eres pastor, profeta, líder de grupo, o maestro, me puedas decir “a nosotros nos pasa lo mismo”. Pero, ¿qué se puede hacer entonces?, o mejor dicho: ¿QUÉ ESTAMOS HACIENDO NOSOTROS?
Babilonia es un “sistema espiritual”, y el deseo del Señor no es que muramos en este sistema, ni que seamos parte del mismo.
Miremos que dice su palabra:
Jeremías 50:8 (RV) “Huid de en medio de Babilonia…”
Zacarías 2:7 (NVI) Sión, (esto es La Iglesia) tú que habitas en Babilonia ¡sal de allí; ESCÁPATE!
LA PALABRA NO CADUCA Y ES CLARA:
Jeremías 50:14 (NVI) ¡TOMEN POSICIONES ALREDEDOR DE BABILONIA, TODOS LO QUE TENSAN EL ARCO! ¡DISPÁRENLE, NO ESCATIMEN FLECHAS, PORQUE HA PECADO CONTRA EL SEÑOR!
50:15 Griten en torno de ella…
La Iglesia es la que debe “tomar posiciones”. No es una sugerencia, es una orden: “tomen posiciones”, “toma ahora tu lugar”, no mañana, ni pasado. Donde estés en cualquier parte del planeta, “toma tu lugar”.
Pero ¿Quiénes se van a enfrentar ante éste mundo espiritual? Su Palabra nos muestra, nos dice quienes lo harán, y éstos son: “los que tensan arco”, los guerreros, los que tienen la capacidad para entrar a ese mundo espiritual.
¿Qué arma tenemos para ir contra Babilonia? La palabra es una saeta. “NO escatimen saeta”, no escondan, no se guarden la palabra. La palabra en la boca del guerrero fue dada para surcar los aires, NO PUEDE SER GUARDADA EN LA ALJABA, allí, con el tiempo, las saetas se tuercen, pierden filo sus puntas y nunca más son efectivas.
Lancen flechas, no escatimen ni una saeta, reúnan a sus jóvenes guerreros, a sus ancianos, que como Caleb no desean que sus ojos sean cerrados hasta ver la gloria desatada sobre esta tierra, a sus niños, para que la próxima generación que se levante no sea como en los días de los Jueces “…y se levantó otra generación que no conocía a Jehová, ni SUS OBRAS…” Jueces 2:10. Ellos deben ver, ellos deben oír. Aún tengo en mis recuerdos de cuando yo era un niño de solo 7 años, y veía a mis padres junto a un puñadito de matrimonios, clamar y buscar de Dios en el living de la casa de nuestro amado tío Covello, en la ciudad de Córdoba, durante noches y noches, aún después de largas jornadas de trabajo. De niños vimos lágrimas, escuchamos largas oraciones, profundos llantos, gemidos como de la que da a luz, y años más tarde vimos un renovar de la obra en aquella ciudad.
La oración a solas o en grupos, cuando las flechas sean lanzadas, serán un claro mensaje al mundo espiritual del deseo aquí en la tierra, serán una declaración de nuestra “posición”, de la posición que deseamos, y ésta es: SANTIDAD. Será un mensaje claro a los cielos que deseamos que la Sangre derramada en el Calvario entre nuevamente a nuestros templos, será el tiempo de un nuevo avivamiento; aunque el mundo arda en maldad y desenfreno.
Debemos tener una posición clara y no dubitativa.
Deseo terminar con un versículo más que se encuentra en el libro de Oseas 10:12b NVI ¡ya es tiempo de buscar al Señor!, hasta que él venga y les envíe lluvias de justicia.
Este es el tiempo de buscar, el tiempo de saetas surcando los cielos, el tiempo de clamores y gemidos y mas que un deseo, sea una voluntad rendida “hasta que ÉL VENGA”.
Mi pregunta es: ¿le buscamos “hasta que Él venga”?, ¿le buscamos de verdad? o ¿estamos escatimando saetas?
Querido pueblo, no retengas lo que el Señor te ha dado. Líderes, sumerjámonos bajo la sangre del Cordero, somos vasos de honra. Toma tu lugar,”rodea Babilonia”.
“ENVIARÉ LLUVIAS DE JUSTICIA”. Él de seguro va a cumplir su parte, cumplamos la nuestra y busquémosle hasta que venga.
ÉL NO MIENTE.
Eduardo Casas