La Fuente

14 mayo, 2012

El poder de su Sangre


                                                                                                                               Mendoza,  23 de Abril

       Hace unos cuantos años uno de mis mejores  amigos enfermó de leucemia, una terrible manifestación del cáncer. De una manera silenciosa se movía dentro de Jorge y fue tomando lugares de su cuerpo.  Mas allá de todo intento médico, de toda posibilidad de trasplante, siempre estaba la esperanza del milagro.  Jorgito era un hermoso joven de 18 años, rubio, de ojos claros, bien parecido, alegre, espontáneo, y lo mejor de todo era mi amigo.
        Pero  luego de luchar por mas de un año, él  se fue de este mundo,  dejando su sonrisa impregnada en mi mente.    El 13 de abril de 1991 fue la última vez que nos vimos, los dos tomábamos  rutas separadas, ese día yo viajaba muy lejos de mi ciudad natal, y Jorge también emprendía otro viaje, el entregó su corazón a Jesús, su futuro, su enfermedad, todo estaba allí  en esa decisión.  Sabíamos los dos que nunca mas nos veríamos en este mundo, nos abrazamos, nos miramos, lloramos largamente, se rió y me dijo “nos vemos del otro lado, te espero”.  Recuerdo que subí a mi moto y por mi espejo veía su figura hasta desaparecer de mi vista. Unos meses después  su sangre había sido contaminada por la enfermedad y él se fue a su morada eterna.  
       Quizás es triste y hasta pareciera injusta la vida, pero hoy mirando atrás aprendí algunas cosas, yo no puedo explicar los propósito de Dios, solo caminar en ellos, que yo no puedo cambiar el futuro de las personas, que yo solo transito en la vida afectando a muchos a mi alrededor, que mi mejor predicación es el ejemplo, que el amor de Dios sobrepasa mi lógica y mi entendimiento.
        Jorgito es una muestra de que nuestro cuerpo es corrompible, su sangre se desvaneció. Pero hubo uno que derramó  hasta la última gota para mí, para él, para ti.                                                                                                                                  Sé que es una promesa eterna, Jesús dijo:  Juan 3:16:  “Porque de tal manera amó Dios al mundo,  que ha dado a su Hijo unigénito,  para que todo aquel que en Él cree,  no se pierda,  mas tenga vida eterna”.
       La sangre de  Jesús es en nuestras vidas la marca distintiva que nos diferencia del resto, la sangre de Jesús sin mancha alguna es la única que puede Lavar las ropas de tu corazón. Recuerda que al llegar al final de nuestras vidas entraremos a una fiesta eterna, allí en la entrada solo pasarán, asistirán, solo se sentarán a la mesa, solo comerán,  solo podrán estar con el amado, los que lavan sus ropas, su corazón con su Poderosa e Inigualable Sangre.                                                                                                                                                             Salmos 24:3   ¿Quién subirá al monte de Jehová?
                                 ¿Y quién estará en su lugar santo?
       Salmos 24:4  El limpio de manos y puro de corazón………..
      Al final de todos los tiempos  se escuchará esta conversación en los cielos:                                                               Apo 7:9  Después de esto miré,  y he aquí una gran multitud,  la cual nadie podía contar,  de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas,  que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero,  vestidos de ropas blancas,  y con palmas en las manos;
       Apo 7:10  y clamaban a gran voz,  diciendo: La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono,  y al Cordero.                                                                                                                                                             Apo 7:13  Entonces uno de los ancianos habló,  diciéndome: Estos que están vestidos de ropas blancas,  ¿quiénes son,  y de dónde han venido?
       Apo 7:14  Yo le dije: Señor,  tú lo sabes.  Y él me dijo: Estos son los que han salido de la gran tribulación,  y han lavado sus ropas,  y las han emblanquecido en la sangre del Cordero.
       Apo 7:15  Por esto están delante del trono de Dios,  y le sirven día y noche en su templo;  y el que está sentado sobre el trono extenderá su tabernáculo sobre ellos.
      Apo 7:16  Ya no tendrán hambre ni sed,  y el sol no caerá más sobre ellos,  ni calor alguno;
       Apo 7:17  porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará,  y los guiará a fuentes de aguas de vida;  y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos.
     
      Hoy sé que Jorge esta esperándome allí, su vida es una muestra del poder de Dios, ya que el pecado destruyó su cuerpo pero el poder de la sangre de Cristo puede mas que la misma  muerte.
      Oremos juntos:
                             “ Señor Jesús creo en ti, creo en tu muerte, creo que resucitaste, y creo en el poder de tu sangre preciosa, yo te necesito este día como cada día de mi vida, límpiame, limpia mi corazón, cambia las vestiduras de mi corazón. Jesús lo recibo de ti. Te amo mi Señor”
                                                                                                                         Bendito eres!!
                                                                                              Eduardo Casas